Janette De Los Reyes
Tijuana, 4 de diciembre de 2022.- El vivir con una discapacidad implica enfrentarse a retos personales de superación e incluso requiere especial atención a la salud mental ante complejos y situaciones que desencadenan trastornos como la depresión. Aunado a esto, Tijuana carece de una infraestructura apta y cultura de inclusión que complican el sano desarrollo.
El señor Christian Adrián Flores es el encargado del grupo de danza deportiva del Instituto Municipal del Deporte y expuso que actualmente se sigue viviendo hostilidad hacia los grupos de personas discapacitadas, situación se aprende desde casa y debe ser erradicada.
“Los ven como gente rara, como si fuera una enfermedad que se pega, si desde casa tú mamá o tú papá has visto, vivido y mirado atrás que sí hay una discapacidad y le estás llevando eso a tus hijos también, ¿por qué no ver a una persona con discapacidad igual? Si todos somos iguales, todos podemos hacer alguna actividad”.
Expuso que con el grupo de danza que dirige hay jóvenes con autismo, déficit de atención, discapacidad motriz, hiperactividad entre otros y han logrado marcar pauta en competencias abriendo paso a la inclusión al participar al lado de grupos regularmente considerados “convencionales”.
*La educación regular no ofrece inclusión”
Los señores José Jiménez y Griselda Bolaños, ambos entrenadores del Club Tigres, coincidieron en explicar que, como padres de familia, en algún momento sintieron temor al no encontrar un espacio en el que sus hijos pudieran desenvolverse lo cual los llevó a involucrarse en un grupo en el que ahora también apoyan a otros menores.
La señora Bolaños refirió su hijo, quien vive con una discapacidad intelectual estudió en una escuela pública en la que, aunque contó con maestras que aseguraron estar capacitadas para brindar educación inclusiva, solo lo apartaron del grupo, lo cual la llevó a buscar entre las pocas alternativas de educación especial.
Por su parte, el señor José, que entrena a menores en la rama del atletismo dentro del grupo especializado en personas con discapacidad, expuso sintió miedo al buscar alguna actividad para su hija con limitantes intelectuales y motrices.
Tijuana no está adaptada para las personas con discapacidad
Paúl López es un joven invidente debido a un problema degenerativo de nacimiento y expuso que tanto para él como para muchas otras personas que padecen la misma complicación, el desplazarse de forma independiente por zonas como la 5 y 10 es una situación imposible.
Agregó que el vivir una discapacidad es un proceso difícil y que es necesario el acompañamiento psicológico como el que recibió él ya que se llega a padecer depresión u otros padecimientos mentales por lo que además de la infraestructura que no ofrece la ciudad, es necesaria más empatía por parte de la sociedad.
“Te desanimas mucho, da mucha rabia y la típica pregunta, ¿por qué a mí?, pero es un proceso que es duro, pero con ayuda de tu familia y de la sociedad, sirve”, puntualizó.