Por: Octavio Fabela
Tijuana. – El fuerte de un bar es la atención que brindan los meseros y meseras a los clientes, y es precisamente este sector el que se ha visto más perjudicado por el cierre de los bares a ya casi a un año por causa de la contingencia sanitaria.
Juana y Margarita son dos madres solteras, quienes han visto una afectación directa en sus ingresos, pues el salario que percibían no lo era todo, ya que la propia que la clientela dejaba era lo que les ayudaba un poco más a salir adelante.
Ahora ambas sobreviven gracias a las redes sociales, pues ofertan sus servicios para limpieza de casas particulares, sin embargo, los ingresos no son similares a los que percibían en los giros de bares.
Juana se ve preocupada por una situación complicada en la que está atravesando, pues recientemente fue desalojada del lugar donde habitaba, ya que le fue imposible seguir pagando la renta.
Actualmente vive en una casa que le fue prestada por una persona conocida, sin embargo, no tiene los servicios básicos como luz ni agua potable.
Ante esta situación, ambas se unen a las peticiones de los propietarios de bares para que la autoridad les permita operar bajo las reglas de salubridad que se establezcan, pues aseguran que el semáforo de riesgo ha cambiado y disminuye los riesgos de contagios.