Tijuana. – La historia de José es similar a la de muchos microempresarios que han ido a la quiebra debido a la pandemia, él empezó con una carreta donde vendía birria, el negocio creció y se instaló en un local. Ahora ya no tiene negocio, las premuras económicas de más de 11 meses de crisis sanitaria lo obligaron a cerrar sus puertas.
Considera que él, como muchos mexicanos, no tuvo el respaldo oficial para mantener la fuente de ingresos familiar. “Nunca hubo apoyo, por ejemplo, en la reducción de los impuestos, los precios del gas, la electricidad”; lamenta que mientras a ellos les ordenaban cerrar, nunca hubo restricciones en la frontera o en los aeropuertos, tampoco en las grandes cadenas comerciales.
“Se dijo que estábamos preparados para una pandemia, cuando no estábamos, no hubo jamás un estímulo, a los comerciantes pequeños”, comentó José, comerciante.
Considera que por un lado la autoridad los convocaba a quedarse en casa, pero en los hechos “obligaban a salir a conseguir el peso que hace falta para comer y pagar las cuentas”, entre otras de las dificultades que enfrentó José fue el haberse contagiado y enfermado de Covid-19, el tratamiento resultó caro pese a ser paciente ambulatorio pues no goza de Seguridad Social. Lamenta que ahora se esté presumiendo la vacunación, sin que existan vacunas.
“Hoy estamos sin vacunas, es mentira tras mentira, somos el país número 1 en tasa de mortalidad, le duela a quien le duela”, concluyó, José