Tijuana.- La realidad de la pandemia superó la imaginación y la hipotética película de “Un día sin mexicanos” se cumplió, pero fue ‘un año sin mexicanos’ en la frontera entre San Diego y Tijuana, y tras 15 meses que fue cerrada la frontera para los mexicanos, la mano de obra calificada y barata escasea en el condado de San Diego.
En la zona fronteriza de San Diego, California, existe escasez de mano de obra transfronteriza barata, calificada y desechable de los mexicanos que trabajan con visa de turista en San Diego, así lo indicó el antropólogo y catedrático de la Universidad de San Diego en California (USDC), Víctor Clark Alfaro.
“Impactó a ese mercado informal, que es de mano de obra muy barata y desechable que, por muchos años ha sido un fenómeno fronterizo, o sea, por ejemplo, son mujeres que cruzan la frontera a limpiar viviendas y cuidar ancianos, ha sido una mano de obra muy barata y que con la pandemia se desplomó ante la imposibilidad de poder cruzar la frontera”.
Clark Alfaro indicó que existe una gran demanda de norteamericanos que contratan a trabajadores mexicanos con visa de turista y sin permiso para trabajar en Estados Unidos, pues la ilegalidad les permite dar salarios que están por debajo de trabajadores con residencia permanente o ciudadanía, algo solapado por autoridades de la Unión Americana.
“Ha tenido un impacto en las economías domésticas de numerosas familias mexicanas, que bien o mal, teniendo un ingreso promedio de 300 o 400 dólares por semana, que es mucho mejor ingreso que un salario de un obrero en una maquiladora, es parte de los fenómenos fronterizos solapado por la autoridad norteamericana, siempre ha habido una demanda del lado norteamericano que buscan esa mano de obra”.
Aunque no existen estadísticas del número de personas que cruzaban hasta antes de la pandemia a trabajar con visa de turista, para el antropólogo son miles las personas que este era su principal ingreso económico.
Uno de los casos es el de la señora Patricia Gutiérrez, quien trabajaba con visa de turista en Estados Unidos desde hace 10 años, su último trabajo era limpiando una casa en Santee por el que recibía un pago de 140 dólares por día, pero la pandemia del Covid-19 la obligó a que regresar a Tijuana.
“Me aguanté tres meses seguidos allá en el ‘otro lado’, pero me vine a Tijuana porque mi hija estaba embarazada y también me dio miedo que enfermara de Covid mi familia y no pudiera estar con ellos”.
Patricia Gutiérrez, de 55 años de edad, solo espera que cuando se abra la frontera pueda regresar a su trabajo en la Unión Americana, pues en Tijuana es difícil que la contraten en un trabajo formal.
“La familia me está esperando, después de un año a mi compañera de trabajo le preguntaron que si iba a regresar y yo les mandé a decir que sí. Me están esperando”.
La escasez de trabajadores mexicanos con visa de turista es una realidad en el condado de San Diego, en grupos de Facebook son constantes los anuncios que solicitan personal para áreas de limpieza de departamentos, meseras y cajeros y personal de fábricas de Mesa de Otay.
Don Manuel Ortiz busca trabajadores de limpieza a través de estos grupos, una publicación en el grupo Trabajos en San Diego, Ca. dice que el cierre fronterizo dejó un ‘boquete’ de trabajadores en San Diego.
“Dejó un boquete de trabajadores, porque en el área de limpieza, nosotros limpiamos negocios y departamentos, los que tienen papeles no aguantan con el trabajo y pues se buscan otro que les pagan más y trabajan menos, aguanta más los de Tijuana porque para ellos está bien pagado el trabajo”.
Autoridades estatales, el sector comercial y miles de trabajadores fronterizos esperan que con la aplicación de un millón 350 vacunas Johnson & Johnson de una sola dosis, se reabra la frontera y reactive la economía de la franja fronteriza entre México y el país norteamericano.