Tijuana, 17 de octubre de 2022.- Estados Unidos al deportar a los venezolanos, sigue viendo a México como su patio trasero donde puede enviar sus problemas, además el gobierno federal al aceptar el acuerdo debería enviar a Baja California los recursos necesarios para atenderlos porque los albergues en esta ciudad se encuentran rebasados.
Frente a las oficinas de la Secretaría de Relaciones Exteriores, activistas quemaron piñatas con la cara del canciller Marcelo Ebrard Casaubón y de Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos en rechazo al acuerdo por el que ciudadanos venezolanos son deportados a México.
“Estamos en una crisis humanitaria en toda la frontera norte de México, las autoridades no han entendido que la migración ya no se da por cuestiones laborales, son familias que huyen de la violencia en México y otros países” expuso José Luis Pérez Canchola integrante de la academia mexicana de los Derechos Humanos.
El activista que se sumó a la protesta que encabezaron la Alianza Migrante y Ángeles de la Frontera lamentó que las autoridades de México y Estados Unidos no generen una política humanitaria para atender a las personas que llegan buscando asilo político y no caer en la trampa de ver a México como el patio trasero.
“El caso de los venezolanos es dramático porque es gente que vendió todo lo que tenía en su lugar de origen para hacer este viaje, esto es darle negocio a los polleros y traficantes del crimen organizado porque son los que se aprovechan de la trata de personas, del tráfico de personas del secuestro de extorsión y esto debe terminar ya” expuso.
Por su parte el presidente de la Alianza Migrante, José María García Lara, exigió que el gobierno federal aporte los recursos suficientes para atender las necesidades de las personas que están deportando, para lo que pide coordinación con el estado y los municipios porque ninguna instancia local puede con el paquete.
Lamentó que el gobierno federal esté gastando en la renta de una nave industrial para operar un albergue que solo trabaja a una cuarta parte de su capacidad y que además llegó tarde para atender la crisis migratoria que había en 2019; por lo que pidió que ese centro, sea un refugio de puertas abiertas para recibir a todo tipo de migrantes.
